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Litografía: Industria
y belleza

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Litografía: Industria y belleza

 

La litografía es una técnica de impresión que utiliza como matriz una piedra caliza pulida sobre la que se dibuja con un lápiz o tinta grasa; la superficie es tratada químicamente para que acepte la tinta sólo en áreas grasas. Este proceso fue descubierto por Aloys Senefelder en 1798 y se popularizó durante el siglo XIX ya que probó ser una técnica económica y eficiente para la producción y comercialización de estampas artísticas.

El primer taller litográfico de México fue instalado por Claudio Linati entre 1826 y 1832. El artista italiano dio a conocer esta novedosa técnica con el periódico El Iris y su obra Trajes civiles, religiosos y militares de México, sin embargo, su corta estadía en el país impidió que le diera mayor difusión.

No obstante, su prensa litográfica permaneció en la Academia de San Carlos. Esto posibilitó que José María Serrano, discípulo de Linati, instalara la primera cátedra de litografía en la institución. Aunque el interés fue poco durante los primeros diez años, la incorporación de esta técnica en las publicaciones periódicas hizo que se volviera muy popular.

Revistas y periódicos como El Mundo Ilustrado, El Tiempo Ilustrado, Arte y Letras, Cosmos Magazine, Revista Moderna y El álbum de damas se llenaron de imágenes gracias a talleres litográficos que les proveyeron de publicidad y vistosas portadas.

Profesores y alumnos de la ahora Escuela Nacional de Bellas Artes se incorporaron al diseño editorial y nos heredaron grandes ejemplos de la estética Art Nouveau, en la que se integraba la industria y la belleza. Julio Ruelas, Roberto Montenegro, Germán Gedovius, Diego Rivera, entre otros participaron en este tipo de composiciones.

La fábrica de cigarros “El Buen Tono” es un ejemplo del uso de la litografía en soportes publicitarios. Fundada en 1895 por Guadalupe Portilla y Ernesto Pugibet, esta compañía se caracterizó por sostener campañas llenas de originalidad y bellos arreglos tipográficos. Una vez que la fábrica cerró sus puertas, las piedras litográficas de su taller ingresaron a la Escuela donde fueron utilizadas en sus aulas y ahora pertenecen a sus colecciones.

Hoy en día, la litografía continúa vigente en las colecciones de la Academia de San Carlos y los talleres de Xochimilco y la Unidad de Posgrado.

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