

Jerónimo Antonio Gil y los materiales fundacionales: el paradigma del neoclásico en la Academia de San Carlos.

Jerónimo Antonio Gil, fundador de la Academia de San Carlos de la Nueva España, trajo consigo múltiples materiales pedagógicos para la enseñanza del llamado buen arte en tierras americanas. La primera dotación que trajo Gil desembarcó en Veracruz el 5 de diciembre de 1778 e incluía una caja de azufres provenientes de la colección madrileña; algunas cabezas y relieves antiguos de yeso, así como la selección de estampas de arte europeo. Este hecho marcó el inicio de las colecciones de San Carlos y el sistema docente ilustrado.
Hacia 1791, Gil solicitó a la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid obras entre las que se incluyen monedas y medallas; estatuas clásicas de la colección fernandina como Laocoonte y sus hijos, la Venus Medici, la estatua de Apolino, entre otras. Estos yesos formaron parte importante en la enseñanza del dibujo. Entre los dibujos y grabados que arribaron a la Nueva España se encuentran piezas destacadas hechas por Giovanni Piranesi, Alberto Durero y Jean Le Pautre, así como estudios anatómicos que ilustraban el cuerpo en tensión para la enseñanza de los alumnos americanos. Este envío, uno de los más importantes de la institución, fue acompañado por Manuel Tolsá, el revolucionario artista valenciano que configuró la identidad neoclásica de la Ciudad de México a principios del siglo XIX.
En este núcleo se presentan obras como la Iconología de Cesare Ripa, el libro de Anatomía de Andrés Vesalio y el retrato en yeso de Carlos III atribuido a Francisco Tomás Prieto, maestro de Gil e importante grabador de la Casa de Moneda española. Estos conjuntos de obras moldearon la concepción del arte y el diseño de los alumnos carolinos.






